El carbón, una vez quemado, no sirve para calentar.
Dice una leyenda que son las cenizas del incienso y la mirra que los Reyes Magos habían regalado
a Jesús, las que se les ponen
a los niños que no se portan bien.
El origen de la
leyenda parece estar en el carbonilla, un personaje que
aparece en la época de Navidad. Dice el mito que, el carbonilla es un paje de los Reyes Magos que tiene como
misión vigilar a los niños durante el año para saber si han sido buenos o
malos, y cuando sus
Majestades están leyendo las cartas, es quien les dice si quien la escribe debe
tener regalos
o carbón. En el caso de que fuera carbón, sería el mismo carbonilla el encargado de llevárselo.
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