Un día como hoy...27 de enero 1929
D. Celestino Martín Escobedo es nombrado presidente del Centro Aragonés en Valencia del que fue socio fundador.
Celestino Martín Escobedo ha sido la persona que más páginas de prensa ha llenado como personaje relevante nacido en Escucha. Marchó a Valencia con 15 años empezando con un comercio de ultramarinos y trabajando duro llegó a tener dos establecimientos. Empezó a frecuentar la plaza de toros y en el año 1928 se quedó la plaza de Valencia (fuera de temporada) con seis amigos, lo que supuso el inicio de sus negocios taurinos.
Antes, en 1926, el diario ABC cuenta un accidente de tráfico con dos vueltas de campana, a tres kilómetros de Teruel, de un coche en el iban miembros de la peña Villaltista que se habían trasladado desde Valencia a ver una corrida y en el que D. Celestino resultó contusionado y con numerosas lesiones, siendo ingresados en la clínica del doctor Teresa. Este año se presenta a la subasta de la plaza de Zaragoza junto con otros 4 empresarios pero la adjudicación recae en D. Íñigo García Marcos.
A principios de 1927 es nombrado tesorero del Centro Aragonés de Valencia en los nombramientos de la junta directiva, dos años después pasaría a ser el Presidente.
En 1928 regenta el circo taurino de Teruel,
donde su carácter generoso es aplaudido en la prensa de la época ya que invitó
a los chicos de la beneficencia y los asilos a la becerrada cómica y regaló 60
kilos de carne al Asilo de Ancianos y al Comedor de Caridad. En el coso
turolense, entonces ubicado en la Ctra. de Alcañiz adquiere toros en Sevilla
que pasaportará Nicanor Villalta (el torero de Cretas), con Armillita y El Tato
de Méjico, “el Sr. Martín, turolense de pura cepa, no repara en sacrificios”,
rezaba un titular de la prensa de la época, como ejemplo de las buenas tardes
que daría a los de la capital.
El próximo año llevará también en arriendo la
plaza de Calatayud y en 1931 se queda la de Tarazona ofreciendo un festival con
Armillita Chico, Cagancho y Pepe Amorós. Y por 198.000 ptas. y un plazo de 5
años arrienda, asimismo, el coso zaragozano. Allí trasladó su residencia, a
mediados de febrero. Siguió con la plaza hasta 1939 en plena guerra aunque no
había contrato vigente de arrendamiento. Mano a mano de Marcial y Bienvenida o
de Villalta y Ortega hicieron las delicias de los aficionados y de su mano
vieron desfilar a las figuras de la época: los ya nombrados y otras figuras
como Belmonte o Chicuelo figuras destacadas ya en retirada. Son numerosos sus
viajes a Sevilla o Salamanca para visitar ganaderías como Albaserrada, Hnos.
Tabernero, Cobaleda, Galache, Villarroel o Miura.