El
2 de marzo de 1949, en la escombrera de la mina “Aún hay caso”, Petra Latorre
Vituri, de 73 años, viuda de Salvador Marco Aznar, sufre graves lesiones cuando
se hallaba respigando en dicha escombrera. “Respigar” ha sido una tarea
habitual de los vecinos de Escucha que recogían trozos de carbón o de madera
que era echada en las escombreras junto con el estéril, pizarra o piedra que se
deschaba una vez escogido el mineral extraído del fondo de la mina.
El
trágico suceso tuvo lugar por la caída de una vagona por la escombrera
alcanzando a Petra lo que le produjo un choc traumático, probable fractura del
hueso frontal, erosiones en antebrazo y mano derecha y pronóstico grave, siendo
trasladada al centro quirúrgico provincial tras ser llevada a su propio
domicilio por varios vecinos y vista por el médico de la localidad D. Manuel
Buj Pastor (así lo relataba el juez de paz de Escucha, que en este año era D.
Antonio Marzo Martín). Ingresó en dicho hospital a las tres, habiendo ya
fallecido.
En
los autos realizados, Salvador Fleta Escuder minero de la “Aún hay caso”
declara que eran sobre las cuatro y media cuando se encontraba trabajando en el
exterior junto a Francisco Martín Moreno, su trabajo era bascular las vagonas
de escombro del interior, llevaron un par de vagonetas, vaciaron la primera que
dejaron en la vía a unos tres metros del final de la vía y la piaron; cuando
procedían a encarrilar la segunda, se fue la pía de made-ra de la otra y cayó
escombrera abajo. Cuando se asomaron a ver dónde había caído vieron a la
accidentada y corrieron, junto con otros vecinos que se hallaban respigando, a
socorrerla.
El
encargado de la calle era José Cavero Villarroya, se encontraba en las oficinas
en ese momento, manifestó que suele ocurrir que alguna vagona caiga por la
escombrera.
Dorotea
Martín Herrera, de 68 años, aclaró en los autos que ella se dirigió a dicha
escombrera y a esa hora para respigar, como hacía cada día, que ató la burra en
unos juncos junto a la balsa del Valdespino de Joaquín Sanz cuando oyó unos
ruidos, se acercó y vio a Petra, llamando a la gente de la mina. También
declaró su hijo, Salvador Marco Latorre, quien se enteró tarde, a las nueve y
media, ya que vivía en Utrillas y otro hermano, Miguel, quien declaró que
acompañaron a su madre a Teruel falleciendo cuando entraban y que tienen otra
hermana llamada Lucía.
Al
lugar, para realizar una inspección, se desplazaron el juez de paz y el aguacil
León Conesa Vicente, encontrando la vagona y un pequeño azadón.
La
Jefatura provincial de minas detalla que en esa mina no trabajaban mujeres y
que desconoce que alguna mujer se dedicase al estrío del carbón siendo
únicamente de su responsa-bilidad el personal de interior y exterior de la
mina.
La audiencia
reclama a la mina información sobre si había autorización para la rebusca de la
escoria del carbón y José Cavero contesta que solo tenía autorización Dorotea
Martín Herrera, que hay un cartel que lo prohíbe y que cuando va a bascularse
se avisa con gritos. Lo mismo manifestó Manuel Villamil Expósito, vigilante de
minas, de 47 años de edad.
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