Pescadilla fresca... 26 octubre 1970
Las inspecciones en los establecimientos de comestibles fueron abundantes en estos años sea el caso de carnicerías, panaderías, pescados, vinos o tiendas de comestibles. No se libró nadie de estas minuciosas inspecciones, ni Carmen Lahoz, tampoco Salvador Martín o Joaquín Latorre, Francisco García, José Galve, Ángeles Sanz o José María Montero. En esta ocasión le tocó a Salvador y su pescadería. Adquiría la mercancía a 48 pesetas el kilo y le aplica el 15% de beneficio legal, o sea que debía venderla a 55,20 ptas. Salvador la cobraba a 56 ptas. ya que aplicaba ese pequeño recargo de 0,80 ptas. por el transporte de la mercancía. Había recibido varias inspecciones y nunca se había levantado acta de sanción por este hecho. Pues en esta ocasión el inspector dijo que sí, que le sancionaba. Pues nada, poca ganancia le quedó a Salvador ya que la venta mensual de pescado apenas llegaba a los 40 kilos. Era otro de los agravios el de tener un establecimiento en el medio rural, establecimientos que desaparecen y tiendas que no vuelven a abrirse.

No hay comentarios:
Publicar un comentario