miércoles, 4 de mayo de 2022

"El cañicero", un oficio perdido... 4 mayo 2022


Un oficio desaparecido, no sólo en Escucha sino en todos los pueblos de la contornada, es el de cañicero. La caña era la materia prima usada fundamentalmente para la elaboración de cañizos que eran empleados en las obras y la construcción o para secar frutos, como higos, tomates, judías, escurrir el cerdo de la matanza, etc.


La construcción tradicional lo empleaba en las techumbres superponiéndolo a las vigas de madera, sobre los que se hacían unos caballones de barro, siendo la base de la cubierta de la teja, apreciado por su poco peso y flexibilidad, además de ser aislante como ha quedado dicho; también se empleaba para hacer tabiques por la facilidad para que agarre el yeso al entretejido de los cañizos y cielorrasos. 

Aunque no era un oficio con gran ocupación en Escucha, la necesidad de los cañizos y la facilidad de ejecución, hizo que este humilde oficio fuese ejercido por muchos agricultores, en su propio beneficio o como complemento a la economía familiar. Actualmente, las nuevas técnicas de construcción han llevado en todas partes a la desaparición de este oficio tradicional. 

Para elaborar los cañizos primero se cortaban las cañas, siempre en menguante y en invierno (enero y febrero) para que no se quebraran los cañizos hechos. Al cortar las cañas se seleccionaban, las más derechas se empleaban para las costillas y las torcidas, una vez peladas y abiertas, para tejer; las más menudas se utilizaban para embastar o reforzar el cañizo. Para abrir las cañas se utilizaba un instrumento llamado “rajador” o “abrecañas”, que abría la caña en tres, cuatro o cinco partes.

Los conocidos como “cañizos” son superficies rectangulares hechas con cañas, que tienen una media aproximada de 2 metros de largo por un metro de ancho (también ½ metro) y han tenido usos variados. Es un material apreciado en construcción, idóneo para aislamientos porque absorbe el agua y los rayos solares no lo deshidratan, duradero y barato.
En los trabajos agrícolas se utilizaba para secar al sol los tomates o las judías recién escaldadas. También se utilizaba para varear la lana una vez limpia y traída del lavador. Con caña también se realizaban canastos, caracoleras y otros útiles para la agricultura y la casa.

Este artesano también hacía cestas, mezclaba el mimbre con la caña e, incluso, finas ramas de chopo, diversificando así su oficio y su producto, que era más vistoso. Muchos agricultores hacían ellos mismos sus cañizos y canastos. Entre estos últimos los más habituales eran:

· Cestas para el fiemo: eran cestas planas para cargar el estiércol en el serón o angarillas de las caballerías. También se utilizaba para extender el fiemo en los campos. Una carga de fiemo equivalía a cinco cestas. Ésta misma cesta se utilizaba como terrera para transportar tierra o piedras en las labores agrícolas, o en labores de construcción.

·Canastos para la uva: para vendimiar la que se cultivaba en Escucha en la partida de Cuatrineros. También se denominaba cuévano.

· Caracolera: se alaboraba con una confección muy tupida para que no se saliesen los caracoles o los judíos y tenía tapa.

· Cestas para la ropa: para llevar la ropa al río o al lavadero.

· Canastos: para llevar la comida al campo o la comida a los mineros; solía forrarse de tela.

· Cestas para el pan: en ella se llevaba la masa al horno de pan cocer y se volvía con los panes.

· Banastos: para recoger el panizo o las piñas del maíz, frutas u hortalizas.

· Otros: se elaboraban multitud de utensilios y accesorios como por ejemplo canastillos, fundas para las garrafas o vasos de colmenas.




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