Según los artículos del diario
republicano El País, firmados por Pablo Garrote, el
terrible crimen de la denominada “Tragedia de Libourne” fue cometido por Pablo
Aznar Espés, alias el Greñicas pequeño, de 26 años de edad, y Cayetano Vicente
Cirujeda Martín, el Churro, de 31 años de edad, ambos de Montalbán. Vicente
Cirujeda había sido procesado a los 17 años de edad por fratricidio (mató de
manera involuntaria a su hermano de 15 años) y después por amenazas de muerte y
otras por lesiones cumpliendo en el penal de Mora de Rubielos y Teruel. Pablo
Aznar era hijo de la hermana de Juan Espés, el Greñicas, y, por tanto, sobrino
de este.
Este crimen fue perpetrado la noche del
24 abril de 1902, en Gratecap, circunscripción de Libourne (Aquitania-Francia).
Fueron detenidos en Bilbao y allí juzgados, siendo condenados a muerte.
En Gratecap, vivían Pedro Gracia con su
esposa, Concepción Supervia y el hijo de ambos, un bebé llamado Edmundo de 5
meses de edad. Eran de nacionalidad española y estaban dedicados en Francia a
trabajos de agricultura y horticultura. Por la condición de ser españoles
amparaban y protegían a sus compatriotas, protección que dispensaron a Pablo
Aznar, proporcionándole trabajo y vivienda cuando estuvo en dicho pueblo. Este
había llegado tras decretarse la huelga en los muelles de Burdeos donde
trabajaba; les dio trabajo dos días y
regresaban a Burdeos cuando gastaron todo su jornal, volvieron a casa de Pedro
diciéndole que habían perdido el tren.
Aznar y Vicente recordaron que en una
ocasión oyeron hablar a Pedro Gracia del dinero que guardaba su mujer. Después
de cenar, se entretuvieron jugando a la baraja, al tute, con el dueño y se
despidieron porque madrugarían para partir temprano. A las dos de la
madrugada se levantaron de la cama, subieron a la habitación en la que se
encontraba Pedro Gracia, su mujer e hijo, y acometiéndolos con navajas, dieron
muerte a los tres en el acto. La agresión de los esposos se hizo cuando dormían.
Pedro Gracia fue degollado recibiendo de los procesados 31 puñaladas en todas
las partes del cuerpo, algunas de ellas en la región glútea cuando estaba
muerto y boca abajo. Asimismo, Concepción Supervia fue degollada, recibiendo 12
puñaladas en todas las partes del cuerpo. El niño también fue degollado,
recibiendo ocho puñaladas, todas ellas en el cuello, después de que se
despertara cuando los criminales intentaban enterrar los cuerpos de sus padres.
Cometidos estos crímenes, los dos procesados se apoderaron, de dos billetes de
50 francos cada uno, una moneda de oro de 10 francos y algunas alhajas de
escaso valor.
De allí fueron a Burdeos donde esperaba
la mujer de Cirujeda, embarazada, un hijo suyo y la amante de Aznar, Margarita
Jurado, desde donde partieron a Bilbao siendo detenido Vicente Cirujeda y días
después Pablo Aznar, que trabajaba de peón con el supuesto nombre de Nicolás
Martín.
En la cárcel de Bilbao recibieron la
visita del ilustre novelista y diputado de la minoría republicana D. Vicente
Blasco Ibáñez, que se encontraba en la ciudad ilustrando usos y costumbres para
su próxima novela El intruso (que relata la vida de un médico minero en Bizcaia
a principios del S. XX), con ellos entabló conversación. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario