Insultos en Escucha y Valdeconejos... 26 octubre 2021
En esta sección podremos pensar bien lo que decimos al referirnos a los demás, algunos insultos de Escucha y Valdeconejos que utilizan la llamada pedagogía despectiva. Hoy traemos expresiones que comienzan con "n" y también unos chistes baturros.Las viñetas corresponden a la publicación "Cuentos baturros" de T. Gascón.La selección de palabras es una adaptación del libro "Insultar en Aragón" de Pascual Miguel Ballestín)Una de las cosas que se le podía
decir a alguien para indicar que era un cobarde o que no valía para nada era un
nadie o un don nadie. Y negau se
llamaba al que era un poco inútil, con poca habilidad ni gracia para hacer las
cosas. Nerbudo, nerbiudo o nierbudo daba a entender que alguien
era bastante nervioso
Si uno tenía la desgracia de ser
muy pequeño era conocido por nano y
al que tenía la nariz grande se le decía narigón o narigudo. Al
que andaba un tanto desastrado, además de guarro o sucio se le definía como nazareno, casi lo contrario del niquitoso
que se refería al escrupuloso en exceso, muy minucioso en todo, por ejemplo en
el comer.
Con la “ñ” sonaban dos perlas
como las de ñapas, que llamaba al
que era un chapucero un sus tareas, o la de ñoño, si uno era apocado o delicado, de poco espíritu o energía.
Una de las cosas que se le podía decir a alguien para indicar que era un cobarde o que no valía para nada era un nadie o un don nadie. Y negau se llamaba al que era un poco inútil, con poca habilidad ni gracia para hacer las cosas. Nerbudo, nerbiudo o nierbudo daba a entender que alguien era bastante nervioso
Si uno tenía la desgracia de ser muy pequeño era conocido por nano y al que tenía la nariz grande se le decía narigón o narigudo. Al que andaba un tanto desastrado, además de guarro o sucio se le definía como nazareno, casi lo contrario del niquitoso que se refería al escrupuloso en exceso, muy minucioso en todo, por ejemplo en el comer.
Con la “ñ” sonaban dos perlas como las de ñapas, que llamaba al que era un chapucero un sus tareas, o la de ñoño, si uno era apocado o delicado, de poco espíritu o energía.
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