Hace un año... 30 de noviembre de 2019
Joaquín Latorre entregó la figura a ACCPAME por su labor cultural. |
La figura es obra del artista turolense Juan Iranzo. |
Joaquín Latorre entregó la figura a ACCPAME por su labor cultural. |
La figura es obra del artista turolense Juan Iranzo. |
Documento propiedad de la familia Martín García sobre solicitud de exención de 1952 correspondiente al minero-vagonero Restituto Navarro Marco. |
Tanto en Valdeconejos como
en Escucha siempre ha habido algún echau
palante, que solía ser un poco chulo y prepotente, estirau. No era lo mismo el embolicador
o marrullero que, en ocasiones, te echaba un par de mentiras por lo que se
tildaba de embusteracho o embrollón. Eran listos, en general, espabilaus, nada que ver con el empanau o encantau, algo absorto o ido;
pero si se lo decías a la cara se ponía enfurrucau,
o enfurruñau, en fin, que estaba enfadado
o entufau. No eran estos malas personas, como no lo era
el que iba empinau, empipau o entrompau, solo que le gustaba un poco el vino.
Si uno estaba tirado, sin
ganas de nada, estaba empanchurrau,
lo contrario del enzecau o enzenegau que se obsesionaba por
cualquier cosa. Eso hacía el emperifollau,
que se adornaba en exceso, algo engreído, distinto al emporcau, que andaba sucio y desarreglado como el espantajo, (aunque también se refería
al fantoche, al inútil o al falto de criterio). Entre los descuidados se
hallaba el escamisau y si iba hecho
un desastre se le tachaba de ezeomo.
Físicamente, el flaco era endengle, enclence o escuchimizau. También se les llamaba a
los pobres esmirriaus o espanaus, o espindargos si además eran altos y sin traza.
En cuanto a la forma de ser,
partiendo del hecho de que nadie somos perfectos, nos encontramos con el enredador
o enredón, incordiadores sin
descanso en la escuela. El estalentau
ponía poco juicio en las cosas que hacía, parecido el estarifau. Escocau era
el mal hablado o descarado y esgarramantas,
el juerguista e informal. En general, a todos ellos se les definía como elementos, sin ánimo de ser esageraus.
También se dedicaban piropos
a las cosas: si algo estaba fofo, se decía esbofau
y si un objeto había dejado de funcionar estaba esganguillau.
Tercera guerra carlista (1872-1876)
La guerra empezaba en abril de 1872. El conflicto se desarrolló desde el
principio en Navarra y Vascongadas, donde los carlistas lograrían hacerse
fuertes al igual que en la primera guerra. La guerra entonces se generalizó en toda España: en mayo de 1873 entró
Carlos VII, pero ya no para ponerse al frente de unas partidas mal armadas,
sino de un Ejército regular, que mandaba Dorregaray. En 1874 los carlistas obtuvieron también victorias sonadas en batallas como
la de Abárzuza o la toma de
Cuenca, esta última bajo las órdenes directas del infante Alfonso. Siguieron produciéndose combates hasta que, proclamado Alfonso XII por el pronunciamiento de Sagunto, el rey liberal
imitó a Carlos VII y se colocó al frente de su Ejército del Norte. Alfonso
estuvo a punto de caer prisionero en la batalla de Lácar, ganada por los carlistas. Pero las fuerzas liberales eran tan numerosas, que los carlistas no podían
hacerles frente. La restauración alfonsina había marcado el declive carlista en
la guerra y restado apoyos a su causa. Contribuyó mucho a desalentar a los
carlistas la defección de Cabrera,
que reconoció públicamente a Alfonso desde Londres el 11 de marzo de 1875 y
dirigió una proclama a sus antiguos
correligionarios induciéndoles a hacer lo mismo. Los generales Martínez Campos y Fernando Primo de Rivera derrotaron a
los carlistas en Cataluña, donde fue sitiada y tomada Seo de Urgel
y tras vencer Quesada sobre Pérula (último
jefe de Estado Mayor General carlista) en la batalla de Zumelzu, no se
producirían más acciones de importancia. El 17 de febrero de 1876 las fuerzas
de Primo de Rivera se apoderaron del fuerte de Montejurra (rendido
por el brigadier Calderón) y penetraron en la que había
sido la Meca del carlismo, Estella. En Peña-Plata se libró la última batalla, que
consumaba la victoria militar alfonsina en el norte. Los carlistas se vieron obligados a pasar a Francia el 28 de febrero y Don
Carlos se despidió de sus voluntarios con un solemne “Volveré”. (Wikipedia) |
El tiempo en Escucha hace un año |
El tiempo en Escucha en el día de ayer |
Hoy es el día de las librerías y os queremos dejar un regalo que nos brinda la Asociación Aragonesa de Autores de Cómic: "Polvo, niebla, viento y sol", que nos habla de DESPOBLACIÓN. |
https://aaac.es/Depoblacion.pdf |
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