El autor del reportaje define a Celestino Martín como un hombre de gran capacidad para el trabajo ya que, además de sus negocios hosteleros, como el Hotel Oriente de Zaragoza, ejerció de prolijo empresario taurino, con su nombre prestigiado por la aureola de su caballerosidad y competencia. En su despacho del hotel muestra sus apuntes taurinos, perfectamente clasificados. Habló de su infancia en su pueblo natal de Escucha y su marcha a Valencia, con quince años, para dedicarse al negocio de ultramarinos. En el año 28 0 29, con seis amigos, se quedó con la plaza de Valencia. Después vinieron los cosos de Alcira, Lérida, Tarragona, Calatayud, Tudela, Teruel (la plaza vieja y la nueva) y Zaragoza; también estuvo a punto de quedarse con la de Madrid. De su mano toreó la flor y nata de toreros y novilleros de la época: Manolete, Ortega, Villalta, Bienvenida o Joselito. |
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