Un día como hoy...17 de junio de 1954

Se inaugura el cine "Gimena Latorre" en Escucha (988 habitantes)

cerrará con el nombre de "Avenida" en 1982.

Fuente de los datos: revista CABIRIA (cuadernos turolenses de cine)

“Los representantes venían dos o tres veces al año. El sistema de lotes tenía más inconvenientes que ventajas, te tenías que tragar todas y a lo mejor en un contrato de películas luego sólo echabas doce. Las de folklore pegaban; también la americana, la intriga. La película española al principio tenía mucha aceptación, pero luego la gente prefería la americana (...) Nos obligaban, de cada cuatro teníamos que echar una española, por protección al cine nacional” (Miguel Latorre). 

“Nosotros poníamos 18 fotos, casi lo que es la película; en el ambigú, la semana antes ya poníamos las carteleras y los pasquines y la gente las comentaba y se hacía una idea” (Miguel Latorre). 

Desde 1953 se ordenó la censura de guiones y el Ministerio de Información y Turismo podía prohibir las películas negándoles el permiso de rodaje. “Se pasaban un poco en la censura. ¡Hombre!, llegaba una película que veías la hoja de censura y habían quitado... ¡Bueno! ¡No faltaban metros ni nada! El argumento se seguía, pero escenas que te imaginabas una cosa que iba a salir, eso no salía. Lo que más se quitaba el sexo y cosas políticas, pero entonces no había cosas políticas, sólo había una política. El sexo lo que más, no se veía nada, aún las piernas de una mujer no se veían”

El público de los 50 consumió lo que le daban: películas extranjeuras con sangrantes cortes y las ya cortadas al nacer de la producción española; se habían acostumbrado a la “españolada” y al cine folklórico y religioso.

La contratación de las películas era toda debida a un control de la cultura y de la moral. Las películas se buscaban siempre aptas y el sacerdote decidía  cuáles. Todo lo que era acción, aventuras, esas todas iban bien. Quo vadis y Ben-Hur gustaron mucho, Sisí, El último cuplé... En general películas de recreo y de una cultura sencilla, como las del Zorro, el Gordo y el Flaco, Santa Juana de Arco, Agustina de Aragón, que se echaron varias veces...”