Juan Espés, "El tio Greñicas"
Según la leyenda, había un
agricultor en Montalbán llamado JUAN ESPES, quien, a finales
del siglo XIX, se vio obligado a esconderse en el monte por haber desafiado a
un adinerado y apoderado cacique de Montalbán al enfrentarse a él por los abusos
que cometía contra los pobres y al que dejó malherido tras su pelea.
Encontró
refugio en el macizo de la Muela, donde perseguido por los seguidores y
criados del cacique, pudo despistarlos refugiándose en una cueva cuya entrada
estaba oculta por los matorrales que crecían alrededor. Durante mucho tiempo
estuvo en el monte, descuidando su aspecto, una larga y desordenada cabellera
creció a la vez que su barba, se alimentaba de lo que el monte le ofrecía y
bebía agua de las fuentes cercanas, la de los Vaciones y la de Valdemiguel.
Después de mucho tiempo, regresó a Montalbán creyendo que le habían olvidado o dado por muerto; su aspecto descuidado y su gran melena le merecieron el apodo de “El GreñiCas”, contando a las gentes que se había refugiado en una pequeña cueva. Fue apresado e ingresado en prisión, se fugó en varias ocasiones, regresando a Montalbán, y cuentan que formó una cuadrilla de Bandoleros que recorrieron el río Martín.Cuenta la leyenda que, cansado de vivir acosado por los agentes de la ley, se marchó a Francia, donde tuvo familia y murió.
Entrada a la cueva del Greñicas en el macizo de La Muela
Según el Diario de Avisos de Zaragoza del 8 de enero
de 1892:
El Greñicas empezó su carrera criminal
cometiendo un doble asesinato, con dos ancianos, padre e hijo de dicha
población(Montalbán) por el año 1867.
Juan Espés Rubio, alias
Greñicas, fue sentenciado por la Audiencia de Zaragoza el 22 de enero de 1868 a
la pena de cadena perpetua y accesorias por delito de homicidio y a cuatro años
y ocho meses de presidio por otro de lesiones, penas que al reformarse el
Código se conmutaron en 1871 por la de 20 años de cadena temporal y seis meses
de arresto mayor. Esta condena la comenzó en el penal de Ceuta.
Juan Espés desertó del penal de Ceuta en
mayo de 1872, fue capturado e ingresado en el mismo penal siendo sentenciado
por el Consejo de guerra a sufrir las mayores privaciones.
Posteriormente fue trasladado al penal
de Melilla de donde se fugó en febrero de 1878, y según el mismo Diario de
Avisos de Zaragoza: "...desde entonces hacía sus incursiones al país de
su origen, ya para cometer venganzas, ya para hacer robos y estafas. En la
historia de la criminalidad de dicha comarca no se ha conocido otro que
infundiera más pavor. El nombre de Greñicas erizaba los cabellos, atemorizaba a
las gentes y asustaba a los niños: era una sombra, un fantasma, un demonio,
peor que se le veía y todo el mundo lo callaba."
Muchos años después “El País” apunta que “Juan Espes (a) «Greñicas», que había llegado fugado por segunda vez del presido de Melilla, se propuso ser el terror el pueblo...”.
Efectivamente, durante 14 años el
Greñicas fue uno de los bandoleros más temidos por los habitantes de la zona de
Montalbán. Sus fechorías eran cometidas con la ayuda de su cuñado Ramón Aznar.
Se sabe que alrededor del año 1889 envió una carta a D. Jerónimo Balduque,
vecino de Montalbán, en la que a este y al cura párroco D. Pablo Calahorra les
pedía recursos para marchar a América. Aunque la carta no contenía amenazas los
vecinos se sentían intimidados por el Greñicas que estaba fugado de presidio.
Estos le entregaron doscientos y pico reales....
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